Epopeya de una tentación imposible

Día 40: No hay título capaz de encerrar todo lo que aquí voy a decir, so, sólo lo diré.

Aún no les diré si culminé el reto o no. Primero es importante que sepan algunas cosas, manejen la mayor cantidad de información posible, para que puedan emitir sus juicios y trollearme corréctamente. Un beso no es un beso si no se da de vuelta. Un sentimiento no se afianza al menos que sea completamente correspondido.

Pasó algo que no sospeché ni temí. Se nos fueron de las manos los sentimientos. Un mes de adrenalina, pasión y aventura en un vórtice de "no pensemos, sintamos" es la mezcla perfecta para adormecer los sentimientos. Una vez pasado el rush y superado el idealismo del reto, nos encontramos con una pregunta preocupante para ambos: Quién eres tú y qué piensas hacer con mi corazón?. Y aún más importante: Qué siento?.

Me voy a tomar el atrevimiento de narrarles que sintió (siente?) ella en dos palabras:
Mucho Miedo.

Se dió cuenta que más allá de la aventura, no nos conocíamos (conocemos?) casi. Digamos que lo que estábamos haciendo comenzó a generar un nivel de compromiso que aún no estaba dispuesta a asumir. Parecíamos novios, hacíamos cosas novios y nos hablábamos como novios a tan solo 2 semanas de habernos conocido. A unos dos días de que el reto culminara, ésto explotó. Metió el freno de mano. Se asustó. Se dió cuenta que no tenía claro que era lo que en verdad sentía más allá de la emocionante epopeya carnal que estábamos viviendo. Decidió bajarle el ritmo a la cuestión.

Yo la entendí. Me sonó lógico, viniendo de una niña tan bien portada como lo es. Por más que comprendía su preocupación, no la compartía. Ya sea por el queso que no me dejaba pensar o por el hecho de estar más involucrado sentimentalmente de lo que ella lo estaba, me costó asimilar el hecho. Imagínenme, con 38 días de celibato encima y falling in love con una niña que comenzó a cuestionarse si lo que estaba haciendo era lo correcto. Hubo gran presión familiar, lo cual también es completamente entendible. Su mamá estaba al tanto del reto y pues, a nadie le gustaría ver a su hija en el ojo público en medio de una historia que, al fin y al cabo, tenía una connotación sexual bien marcada. Nuevamente, entendible.

Faltando 48 horas para que terminara el reto, me di cuenta que ya no me importaba. Me dí cuenta de lo real de la historia, de lo que implicaba, y en ese momento, me dejó de importar alimentar el morbo, la curiosidad y el entretenimiento de uds, mis queridos lectores. Les pido disculpas por esos días de ausencia. Había algo en juego. Mis sentimientos.

Algunos dirán "te salió el tiro por la culata" "te dejaron con los crespos hechos" "quedaste como novia de pueblo". Pues, se equivocan. No hay nada que no se pueda resolver hablando. Y eso hicimos. Hablamos en serio. Como que por primera vez en todo un mes de fantasía. Ella me explicó la presión que sentía, yo le dije lo mucho que la quería. Acordamos continuar, sin presión de reto, de familia, de noviazgo. Sólo con la expectativa del día a día. Conociéndonos, compartiendo. Cosa que debimos hacer mucho antes. Y resultó que, en nuestra primera cita (hace apenas dos días), la pasamos genial. Sencillamente genial.

El día de ayer fue nuestra segunda cita. Digamos que nos fue mejor que en la primera. Digamos que compartimos muuuuuuucho tiempo juntos y en ningún momento hubo presión ni incomodidad. Se había cerrado el cuento de hadas, pero la realidad, en este caso, es mucho más bella e interesante que la fantasía.

El reto se acabó. Pero éso se los contaré en un par de horas ;).